noviembre 28, 2018 0 Comentarios
El otoño es una segunda primavera cuando cada hoja es una flor.
Hoy quiero dedicar esta entrada pequeñita a uno de los seres vivos que, personalmente, me provoca mucha satisfacción: Las flores. Sí, satisfacción porque, sin requerir demasiadas atenciones, las flores -y en general las plantas- nos producen una sensación de plenitud y bienestar que asociamos con la alegría. Basta con que estén ahí para transformar el espacio y el ambiente, y eso, me parece una de las formas más genuinas de la felicidad.
Si tuviéramos que personalizar a las plantas y las flores, yo diría que poseen un carácter bondadoso. Dan mucho por lo más básico: Agua, un poco de luz, otras veces Sol y un tanto de atención. A cambio, nos entregan su “sabia y generosa naturaleza” que se traduce en múltiples beneficios a nuestra salud emocional. El poder de las flores es tal que se ha demostrado su impacto positivo en nuestra conducta, pensamientos y estados de ánimo, tres ejes que definen quiénes somos como seres humanos.
Pero, ¿qué hacen las flores por nosotros?
Para explicar mejor cómo es que las plantas y flores generan respuestas emocionales en cada uno, planteo tres niveles de su acción o participación en nuestro día a día.
En un primer nivel, llamémosle el más superficial, las flores son ornamentales. Lucen bien y perfuman un espacio. Actúan como un moderador natural de los estados de ánimo; es decir, en contextos positivos, provocan alegría, están vinculadas con el amor y resultan una compañía. En escenarios asociados con una enfermedad o la muerte, son percibidas como un gesto de alivio, consuelo y atención hacia otra persona. En ambos casos son consideradas un detalle que aporta a la construcción de las relaciones sociales con los demás, y a mí me gustaría agregar, con nosotros mismos.
El segundo nivel tiene que ver con los efectos psicológicos asociados a las flores. Es bien sabido que las plantas ayudan a regular, y en algunos casos, a reducir el nivel de estrés y cansancio mental que nos produce la rutina. Lo mismo ocurre si les encuentras un espacio en tu lugar de trabajo, neutralizan el estrés en el ambiente y nos vuelven más productivos.
Cuidar o sólo contemplar una flor libera pensamientos positivos en nosotros. Por ello, las flores y plantas son aliadas para la relajación, la concentración y lo que conocemos como la ‘buena vibra’; si procuramos tenerlas cerca, nos sentiremos menos ansiosos, deprimidos y predispuestos a preocupaciones. Además, las flores transforman en serenidad sentimientos nocivos, como ira y enojo, para alcanzar un estado de armonía y tranquilidad que de espacio a la tolerancia y la paciencia.
En este nivel también está el significado que le otorgamos a las flores según su color:
Rojo: Amor, respeto, perfección y felicidad.
Rosa: Gratitud.
Amarillo: Amistad.
Durazno: Modestia.
Naranja: Fascinación.
Lavanda: Encanto.
Rojo y blanco: Unión.
Blanco: Pureza.
Algunos ejemplos son: Las flores blancas, de tonos suaves azules o verdes, ayudan a la relajación, aquí caben los tulipanes; las flores rojas, como las rosas, invitan a la pasión. Las amarillas levantan el ánimo porque son radiantes, mientras que las flores tropicales, como las orquídeas, aportan inspiración.
En la transición del segundo al tercer nivel están nuestras emociones.
El último nivel y el más elevado. Aquí tiene espacio la inspiración; para mí, un estado de avanzada que da paso a la generación de todo lo bueno que podemos ser y hacer. Pero para que la inspiración llegue, debemos ser receptivos y saludables emocionalmente. Y aquí actúa, en mayor medida, el poder de las plantas.
Su influencia positiva ocurre a través de la alimentación, la aromaterapia, los aceites esenciales, la fitoterapia o la ingesta de infusiones. Es posible agruparlas según los beneficios que nos otorgan, así existen:
Estimulantes de la mente: Romero, menta, eucalipto, pino y albahaca. Mejoran la memoria a largo plazo.
Estimulantes del estado de ánimo: Pomelo o naranja, jengibre y cardamomo. Ayudan a tener un carácter más alegre.
Relajantes: Árboles o arbustos como el cedro, ciprés o el enebro tienen efectos relajantes sobre nuestro organismo.
Antidepresivos: Geranio y jazmín.
Tranquilizantes: Incienso o lavanda.
En el terreno de las infusiones, las plantas favorecen nuestra salud como reguladoras de sentimientos. Por ejemplo, para combatir la ira, se recomiendan infusiones de diente de león con el fin de equilibrar la energía del hígado y la vesícula biliar. En el caso de la ansiedad, la pasiflora con la valeriana es el mix ideal.
Otras plantas que favorecen nuestra salud emocional son: Manzanilla (vs ansiedad), lavanda (vs depresión y cansancio), valeriana (vs trastornos nerviosos y depresión) o Melisa (vs angustia y ansiedad).
#CuriousFact Las mujeres encuentran más atractivo a un hombre que regala flores, ¿será?
Gracias por leerme,
Khris.
diciembre 05, 2024 0 Comentarios
¡ÚNETE A MI NEWSLETTER!
Talleres, promociones, clases online...