noviembre 28, 2018 0 Comentarios
En la última entrada les conté sobre un curso de ThetaHealing al cual me inscribí para certificarme como ‘ThetaHealer’, bueno, pues ya estoy de vuelta para dejar en esta entrada algunos de los conceptos que aprendí y contarles un poquito acerca de mi experiencia.
Ahora sí, les cuento. Lo primero que tienen que saber es que el ThetaHealing parte desde nuestra función cerebral. Es algo así como la técnica para aprender a leer tu cerebro a partir de las ondas que produce e interpretar con ello los estados de conciencia. Suena complicado, y en realidad lo es, porque esto que se lee muy científico (la neurociencia está parada aquí) tiene un impacto profundo en lo que hacemos, decimos y sobre todo, creemos.
Existen cinco frecuencias principales de ondas cerebrales: Beta, Alfa, Theta, Delta y Gamma. La actividad de las ondas cerebrales es constante, todo el tiempo el cerebro produce estos impulsos eléctricos -en todas las frecuencias- con mayor o menor intensidad. Cada cosa que hacemos, decimos y pensamos está regulada por las ondas cerebrales. Ahora mismo que estoy escribiendo esta entrada, con plena conciencia y concentración, mi cerebro emite ondas Beta, relacionadas con las actividades diarias y los procesos mentales que tienen que ver con la lógica y el razonamiento.
Así llegamos a la frecuencia Theta. Theta es el reino de la mente subconsciente. Las ondas cerebrales en este estado son las emitidas durante la meditación profunda y el sueño ligero. Con lo aprendido en el curso, para mí el Estado Theta es el más sublime; cuando consigues situarte en lo más elevado del puente de tu mente entre la conciencia y el estado de sueño profundo. En este intermedio es donde tu conciencia se conecta con el Creador (la fuerza superior en la que confíes: Dios, Buda, el Universo, etc.) a través del chakra coronario o ‘chakra de la vida’, situado encima de la cabeza y vinculado con la trascendencia y conexión divina.
El Estado Theta es el más espiritual; alcanzarlo nos produce un sentimiento de unidad con el Universo, de absoluta calma y nos vuelve capaces de aportar soluciones creativas. Las ondas theta “automatizan” las tareas y separan a nuestra mente de ellas. Es decir, nos desconectamos de la ejecución consciente de lo que hacemos porque nuestro cerebro está en la luna. Es justo en este trance cuando todo es posible. Inspiración profunda, creatividad y la capacidad de percatarse de cosas inadvertidas están relacionadas con las ondas theta.
Para abrir la puerta a este nivel de la mente es necesario aprender a relajarse. Parecería que la relajación es una tarea sencilla porque es una práctica que buscamos propiciar en medio de nuestras vidas regidas por el estrés; sin embargo, en este curso aprendí que relajarte -a voluntad- es un ejercicio de concentración profunda; una introspección sobre tu propia conciencia y estados de ánimo para reflexionar sobre ellos. Puedes estar consciente de tu entorno, pero mantener a tu cuerpo en un estado de relajación absoluta.
El otro camino para alcanzar este estado de relajación, y por lo tanto, el Estado Theta, es la meditación. Nadie nos enseña a meditar y, personalmente, creo que debería ser un aprendizaje continuo. Hoy puedo decir que gracias al ThetaHealing rompí el paradigma de que “meditar es difícil”. Claro que tampoco es una práctica sencilla, ¡vas en la búsqueda de la paz mental! Domar nuestra mente es como intentar hacerlo con una bestia: Tus pensamientos son abrumadores, no importa si son positivos o negativos; todo el tiempo estamos pensando, cavilando, evaluando, imaginando. La mente es inestable y vulnerable a los estímulos externos. Descubrí que no hay estados de insatisfacción, nosotros llegamos a ellos porque somos extremistas y vamos de la emoción o el júbilo a la decepción en un momento. Tenemos tantas creencias en el subconsciente que nos impiden ser y estar en plenitud que por ello padecemos situaciones externas que no siempre podemos controlar. Eliminar estos bloqueos mentales es posible a través de la meditación. Aprender a meditar nos permite crear un espacio dentro de nosotros para la claridad mental; poco a poco es posible alcanzar una estabilidad ideal en la que podamos controlar nuestra mente para evitar que las circunstancias externas nos afecten. Si logramos eliminar las perturbaciones mentales, a las que les atribuimos nuestros problemas y sufrimientos, disfrutaremos de nuestra propia liberación para experimentar, por fin, la verdadera paz y felicidad.
Por ello el Estado Theta es muy poderoso. Alcanzarlo nos deja experimentar un proceso de transformación desde lo más íntimo. Aquí todo es posible. Todo lo podemos cambiar. La energía fluye con libertad y nosotros con ella. Somos energía. Todo lo es. El ThetaHealing te enseña a cuidar tu campo para dirigir tus pensamientos hacia lo positivo. Quédense con esto: Cada pensamiento que tienes es energía psíquica que afecta tu salud y felicidad. Después del curso, ahora lo veo como una cadena de consecuencias:
Si aprendes a meditar — controlas tu mente — si controlas tu mente — evitas que circunstancias externas te afecten en lo profundo — por lo tanto, tu campo de energía se mantiene estable — esto se refleja en lo físico (la salud) y en lo emocional (paz interior) — para gozar de la felicidad.
También aprendí el poder de las palabras sobre nuestra voluntad: Cambia el ‘quiero ir’ por el ‘voy a ir’. Sí, sé que se lee como un cliché, pero es el primer paso para la transformación. Si verbalizamos nuestros deseos, es más fácil movernos hacia ellos. Para mí, es de cierto modo “materializarlos” y autoasignártelos para conseguirlos.
Estos son sólo algunos de los conceptos que aprendí en la experiencia del ThetaHealing. En verdad, me gustaría decirles que si tienen la oportunidad de tomar un curso respecto al tema o interés por llevar a cabo esta técnica, no lo dejen pasar; después de conocer el poder del ThetaHealing, quisiera que no hubiera una sola persona sin conocer la plenitud de un estado de sanación.
Respecto a esto, ¿recuerdan que les mencioné que la mente en Estado Theta puede conseguir la sanación inmediata? La sanación también es la felicidad. Y todos la merecemos.
Gracias por leerme,
Khris.
diciembre 05, 2024 0 Comentarios
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