No sé si a ustedes les pasa lo mismo, pero a mí, cada nuevo año me genera un sentimiento entre nostalgia y alegría. La primera porque un ciclo terminó. La puerta de un año se cerró, y todo lo bueno, y no tanto, que pasó quedará detrás de ella. Es nostalgia porque el tiempo avanza, y muchas veces sólo lo vemos pasar. Pero entonces aparece la alegría por la renovación, y con ella, un nuevo año que representa muchas otras oportunidades para dejar de ver pasar el tiempo y hacer algo con él.
Con la madurez que da la edad, he encontrado más atractivo cada nuevo año. Veo en ellos, en los comienzos, el corazón más auténtico de la esperanza. Sé que puede leerse como uncliché, pero si lo piensan un poco, es la carta que todos ponemos sobre la mesa cuando un nuevo año comienza: la de la expectativa por lo que será. Y junto a ella, viene la confianza para conseguirlo. Cuando el nuevo año aparece nos sentimos renovados, poderosos, valientes y capaces de tomar las riendas de nuestra vida. Para mí, es nuestra condición humana que nos llama, y nos lleva, con fuerza hacia el cambio. Invariablemente dejaremos de ser los mismos que un año atrás ¿Quiénes? No sabemos. Nos toca descubrirlo en el camino.
Y con esta idea de cambio, pedimos, deseamos y nos proponemos nuevas cosas para nosotros, para los nuestros y para con quienes compartimos nada más que la vida. Exactamente 12, un deseo o propósito por cada nuevo mes que nos aguarda. Personalmente me gustan los deseos porque para hacer, primero hay que soñar o visualizar eso que se quiere; luego, será más fácil trabajar por ello. Por eso me gusta desear, porque, otra vez, aparece la esperanza de hacer nuevas cosas y ser una nueva persona.
Bienvenido 2018. Les comparto mis 12 deseos para este nuevo año ¿Cuáles son los suyos?
Ser una persona más honesta. Sí, no piensen sólo a la honestidad como lo opuesto a la mentira, sino desde otra de sus definiciones, evitar apropiarte de lo que no te pertenece: una persona, un trabajo, un momento. Hablo de ser honest@ contigo, con lo que quieres y esperas y de ti y de los demás. Si lo tienes claro, has dado el primer paso para conseguir lo que deseas.
Perfeccionar la cualidad de estar. ¿Cómo es el tiempo que compartes con los demás? Estoy segura que, como yo, estás dispuest@ a acudir al llamado de alguien que te necesita, pero muchas veces estamos tan inmers@s en la rutina de la vida y los deberes que damos el tiempo que nos sobra. Estar no sólo es de presencia; aprendamos a escuchar, sentir y ser empátic@s con el otro.
Comprender la vida de los demás. Dejar de molestarme o incomodarme porque las personas ‘no hacen lo que yo espero’ o ‘creo que es lo correcto’. Por ahí leí algo que me hizo mucho sentido al respecto: “Sé amable, siempre sé amable. Tú no sabes las batallas que cada persona está librando”.
Aprender a caminar antes de empezar a correr. Todo camino lleva un trayecto; todo fin un proceso. No nos adelantemos a las cosas porque todo llega en el tiempo perfecto.
Saber marcharme a tiempo. De la vida de las personas; de las cosas que no son para ti. Decía Nina Simone: “Tienes que aprender a levantarte de la mesa cuando ya no se sirve amor”. Aplica para las personas y para todo aquello que no te hace feliz.
Jugar al azar y dejarme llevar. No todo en la vida tiene que ser tan metódico, ¿no creen? Las mejores cosas llegan cuando menos te lo esperas. No planees, ¡vive!
Ser quien quiero y no quien los demás esperan. Tú y sólo tú vivirás las consecuencias de las decisiones que tomes. Sólo tú puedes decidir sobre el curso de tu vida; sólo tú determinas lo bueno y lo malo para ti. Lo demás son opiniones. Tú construyes tu realidad.
Aprender a mirar el pasado sólo como referencia. A partir de hoy, todo lo que sucedió debe habitar el pasado. Si dejas que éste vuelva una y otra vez, es como si la mitad de tu cuerpo quedara atado a él y nadie puede avanzar con media cabeza o medio corazón.
Tomar lo mejor de las personas. Podemos o no estar de acuerdo con ellas, pero todas tienen algo bueno que las integra. El valor está en descubrirlo y quedarte con eso.
Ser un mejor ciudadano. Amar a nuestro país nos hará solidarios con la gente y con sus causas, que también son las nuestras. Sonríele al que pasa junto a ti; apoya con lo que puedas a quien lo necesite; tira la basura en su lugar; respeta los espacios públicos, las señales de tránsito, a la autoridad. Seamos ejemplo del país que queremos ser.
Quererme más que ayer y más que mañana. Lo que cuenta es hoy. Mírate cada mañana y di en voz alta todo lo bueno que ves en ti. Nadie te puede querer más que tú mismo.
Construir, y no buscar, la felicidad. Pasamos años buscando la felicidad hasta que nos damos cuenta que habita en nosotros mismos, en aprender a estar bien con lo que somos y lo que poseemos. Trabajemos en ello cada día.
A mis amigos, y a quienes llegaron aquí: lo bueno de la vida, es que los años retoñan. Les deseo que su 2018 florezca y ustedes con él.